Los terapeutas me dan miedo |
Si la psicoterapia es algo desconocido para ti, es lógico que te ocasione algún tipo de temor, ya sea hacia el proceso o hacia el terapeuta. El proceso consiste en recorrer tu propia vida con más conciencia. Desde el primer momento, tú asumes la responsabilidad de elegir por dónde y a qué ritmo hacer ese recorrido. El propio proceso te va permitiendo reconocer qué asuntos de tu vida necesitan de tu atención. La terapia es un proceso de descubrimiento que se va haciendo paulatinamente. Es necesario dar el tiempo suficiente para que tus recursos se vayan desarrollando adecuadamente y puedas acercarte a los asuntos más difíciles con el suficiente grado de conciencia. De lo contrario, se produciría el efecto contrario, y aumentarían tus resistencias a contactar con determinadas áreas de tu vida. Por eso, el terapeuta humanista no te dirige, sino que te acompaña. Cuanto más te cueste acercarte a algo, más doloroso debe ser para ti. El terapeuta no conoce tu vida, pero conoce el proceso terapéutico y todo lo que conlleva. Él será tu apoyo cuando el camino se ponga difícil. Los temores que sientas hacia el terapeuta están relacionados con el significado que esa figura representa para ti. Esto también forma parte del proceso. Es más, es una parte importante del proceso. La terapia es avanzar por tu vida con conciencia. Durante el tiempo que estás en terapia, el proceso y el terapeuta forman parte de tu vida. Por tanto, lo que sientas respecto a ellos también es un área de tu vida susceptible de prestarle atención. Si ni siquiera has iniciado un proceso terapéutico y pensar en una terapia o en un terapeuta te produce temor, es evidente que algo se está movilizando ya en tu interior.
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