No vas a encontrar nada nuevo, excepto a ti mismo

Desde el primer momento del proceso terapéutico, van a hacer presencia en la sala de terapia tus formas habituales de funcionamiento en la vida, tanto las que conoces como las que aún no conoces.

Tu forma habitual de relacionarte con los demás va a ser la misma que vas a utilizar para relacionarte con el terapeuta. Tu forma habitual de interrumpir el contacto contigo mismo y con lo que te sucede va a ser la misma que vas a utilizar con el proceso terapéutico.

La diferencia está en que, en el contexto protegido del espacio terapéutico, vas a poder darte cuenta de cómo eso influye en tu visión de las cosas y vas a poder poner más conciencia en las consecuencias que tu actitud está teniendo para ti mismo y para los demás.

La relación terapéutica te da la oportunidad de transitar con más conciencia todo lo que te suceda con el proceso terapéutico y con el terapeuta. Si no aprovechas la oportunidad que te brinda ese espacio protegido, continuarás repitiendo eso mismo en tu vida, donde estarás expuesto a las consecuencias que eso suponga para ti y para los demás.

 

 

 

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